20 de octubre de 2007

Desencadenante


Querido Diario,


Te empiezo a escribir justo antes de firmar el documento que solicita la eutanasia. Es una forma elegante de llamarlo. Hoy hace exactamente unos cuantos años –no diré cuántos- que perdí la virginidad con un hombre que me violó. Suena duro, lo sé, pero es lo que hay.


Tiempo atrás hubo otra mujer que se había suicidado por su culpa: se lanzó desde un décimo piso poco después de abortar el no-hijo que tuvo con él. La diferencia es que le amaba desesperadamente y no encajaba en su agradable vida de casado. Yo tampoco encajaba, es cierto, cuando tienes 18 años y ese monstruo 42, encajas en pocos aspectos de su vida. No recuerdo si le amaba, creo que sí, al menos justo antes de que me arrastrara a su casa mientras su mujer estaba trabajando.


No se me dan bien los hombres buenos. Es más, creo que no me los merezco...